Fidel atribuyó a las ideas y a la cultura la capacidad de engendrar revolución, por ello, en la introducción de los Lineamientos aprobados por el Sexto Congreso del Partido (2011) se plantea: “…será necesario fomentar la cultura económica de toda la población…”
La complejidad del concepto cultura hace que un amplio espectro de problemas aparezcan interrelacionados con este y, hasta su definición es motivo de diferencias en los criterios de los especialistas. El Diccionario Cervantes define la cultura como: “Conjunto de valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de la historia y, también lo define como: “Nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en la instrucción, la ciencia, la literatura, el arte, la moral, la filosofía y las instituciones correspondientes”.
Un análisis lógico del concepto cultura nos remite a su extensión y contenido. El primero se refiere al conjunto de objetos que pueden ser incluidos en el mismo, por ejemplo, el concepto cultura económica incluye la cultura empresarial, cultura financiera, laboral, entre otras. El segundo, es decir su contenido, es el conjunto de caracteres a los que se le puede aplicar el concepto. A cada dimensión de su extensión le es común el ser característica sintética del nivel de socialización alcanzado por individuos y grupos humanos, los que alcanzan un nivel de desarrollo que es reflejado en sus ideas, conducta, actuación y, en su modo de vivir, sus hábitos costumbres, tradiciones.
La cultura es considerada un mecanismo adaptativo de las personas a la naturaleza y la sociedad; es como un horizonte cultural que sirve de prisma valorativo de la realidad y su proyección de futuro.
Por su contenido la cultura económica “es el nivel de desarrollo alcanzado por personas y grupos sociales con respecto a las relaciones económicas, que se expresa en sus ideas, conducta y actuación; así como, en su modo de vivir, sus hábitos costumbres, tradiciones, tanto en el medio laboral como en otros escenarios de la sociedad entre los cuales se encuentra la familia, y que se van formando desde la niñez bajo la influencia de la educación y sus experiencias personales” (Grave de Peralta, Ángel, 2003).
Entre las características esenciales de la cultura económica se encuentran:
Trasciende a toda actividad humana y se forma en el sistema de relaciones sociales que están históricamente condicionadas.
Se revela a través de los conocimientos, las habilidades, capacidades, destrezas, modos de actuación.
Se expresa en la creación y conservación de valores materiales en relación con los valores éticos económicos y espirituales en general.
Componentes de la cultura económica cubana:
Conocimientos relativos a las políticas sobre la actividad económica y el uso de los recursos humanos, materiales y financieros.
El ahorro como necesidad histórica social, y desde su dimensión económica.
La planificación y el control de los recursos, de los procesos productivos y de servicios, así como, el cumplimiento de los compromisos individuales y colectivos.
Actitudes personales y colectivas ante la propiedad social.
La significación del trabajo para la producción de bienes y servicios y para la formación de valores.
El modelo económico cubano y sus adecuaciones a la luz de los Lineamientos económicos aprobados por el Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba.
En resumen, la cultura económica, como otras dimensiones de la cultura, es todo un proceso que incluye instrucción y educación, tanto en el medio laboral como extra laboral y en el que participan todos los factores. Su contenido se forma como un proceso de “sedimentación”, dado que los valores que conforman su contenido requieren del llamado “tiempo axial”, es decir, de cierto tiempo de incubación.
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