Del Hato de Holguín, a la Ciudad Cubana de los Parques
Holguín, una de las bellas ciudades cubanas, antes formó parte de la antigua provincia de Oriente. Desde 1976, con una nueva estructuración político-administrativa en Cuba, el nombre de la ciudad de Holguín es el mismo al de la provincia donde se localiza, y por tanto, es su capital.
A Holguín, localizada a unos ochocientos kilómetros de La Habana, le llamaron históricamente ¨Ciudad de los Parques¨, pero desde hace unos años, para evitar la posibilidad de que sea confundida con la colombiana Bucaramanga, a la que también le denominan así, se le agrega un término, y así queda, sin ninguna posibilidad de confusión, como la Ciudad Cubana de los Parques.
Ciudad de amplios corredores y techos acanalados con aljibes para acopiar el agua de lluvia. Ciudad de sólidas y rectas calles. Por la exquisita y rigurosa conservación de la estructura arquitectónica colonial que poseen, los parques de Holguín, son además, como un hermoso pulmón de la identidad local citadina.
Son varios, infinidad, los parques con los que cuentan nativos y visitantes en Holguín, para las horas de remanso y ocio. El mayor de todos es el Calixto García.
Su nombre es homenaje perpetuo a un noble cubano, nacido en esta región, quien llegó a ser Lugarteniente General de las tropas del Ejército Mambí y participante en tres guerras por la independencia nacional. Por cierto, a escasos metros del famoso sitio, se halla el más emblemático recinto de toda la ciudad: La Periquera.
Se trata de una antigua casona perteneciente, al terminarse de construir, al español Don Francisco Rondán. Fue también, durante más de un siglo, la residencia oficial del gobierno local. La Periquera, es venerada como el escenario más importante de la ciudad.
Los parques de Holguín deben sus orígenes a un sistema de plazas en el trazado urbano, como sucede con el llamado ¨de las flores¨, el ¨Martí¨, o el ¨San José¨. En cada uno, un encanto, o una singularidad.
Más alejados del centro histórico holguinero también existe una notable cantidad de parques, y se localizan principalmente en las conocidas barriadas de Pueblo Nuevo, Vista Alegre y eralta.
De los parques de Holguín un detalle salta a la vista, en todos sobresale un proyecto elevado en relación con el nivel de las calles aledañas, por lo tanto, a todos se accede por medio de varios niveles de escalones. Se debe, según cuentan, a las innumerables inundaciones que sufría la ciudad en épocas lejanas, cada vez que aparecían los aguaceros de primavera.
De tales orígenes y de cuantos detalles le conciernen se han ocupado los investigadores. Todo eso forma la historia de Holguín. Sus comienzos están en 1545.
Transcurrieron más de 470 años hasta hoy. Un conquistador español, Don García Holguín, decidió asentarse definitivamente en las tierras, avaladas previamente, por el cabildo de Bayamo. Nacía así el Hato de Holguín, exacta primera piedra para lo que es ahora una de las grandes ciudades cubanas.
Lo dicho es historia, perpetuada en el enorme mural ¨Orígenes¨, muy cerca de la Iglesia mayor y el parque de Las Flores.
Pero la historia de hoy, en una ciudad como Holguín, no cabría ni en el mayor de los murales conocidos. Con sus parques bellos y siempre relucientes como toque de distinción… Con sus cerca de medio millón de residentes fijos, y tantos más que constantemente la visitan... Con sus defectos y sus cualidades... Con su obra, renovada todos los días, a cambio de millonarias cuotas de sudor colectivo derramado, y enorme sentido cotidiano de pertenencia.
Esa es Holguín...la Ciudad que queremos.
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