En un mayo lluvioso y triste, Cuba perdía al mejor de sus hijos, devenido luego en su héroe nacional. El héroe cubano no fue un experimentado general, vencedor de grandes batallas, no fue un curtido estratega victorioso en grandes contiendas. Caído en su primera incursión bélica, fue, en cambio, un apóstol del amor, y preclaro adalid en la lucha por la soberanía y la independencia de una soñada patria que no llegaría a ver ni tener.
Aproximarse a la naturaleza de su espíritu, intentar definirlo ha sido tarea harto difícil, dada su colosal estatura moral. De esta suerte ha sido reiterada la tesis esgrimida por el escritor José Lezama Lima considerándole “Un misterio que nos acompaña”. Misterio porque pocas veces hombre alguno supo reunir en sí tal acopio de virtud, entereza, patriotismo, inteligencia y bondad. Misterio por lo mucho que tiene que decirnos a más de un siglo de su gloriosa caída en Dos Ríos. Al clausurar la Conferencia Internacional Por el equilibrio del mundo Fidel reflexionaba: “¿Qué significa Martí para los cubanos? En un documento denominado El presidio político en Cuba, Martí cuando apenas tenía 18 años, después de sufrir cruel prisión a los dieciséis con grilletes de hierro atados a sus pies, afirmó: “Dios existe, sin embargo, en la idea del bien, que vela el nacimiento de cada ser, y deja en el alma que se encarna en él una lágrima pura. El bien es Dios. La lágrima es la fuente de sentimiento eterno”. Y sentenciaba Fidel:Para nosotros los cubanos, Martí es la idea del bien que él describió”.
El 9 de mayo de 1895, tras su encuentro con los holguineros, Martí escribió a Carmen Miyares una frase destinada a instalarse en el corazón de este pueblo:
“Gran cariño he encontrado en Holguín”. Este pensamiento constituye, sin dudas, una solemne invitación a que los habitantes de esta región heroica participemos activamente en la construcción de un cariño vigoroso, capaz de unirnos en torno a los que “aman y fundan”.
Martí nos enseñó que “Ser bueno es el único modo de ser dichoso” y que “Ser culto es el único modo de ser libre”, porque la cultura es antídoto eficaz para combatir las ambiciones, el egoísmo, la avaricia, la mentira, la deslealtad, y las miserias humanas todas.
Por cuanto él expresó que “Hacer es la mejor manera de decir”, seamos consecuentes con su legado, defendiendo su memoria no solo con palabras, sino con nuestros actos cotidianos en la familia, el trabajo y la sociedad.En nuestra historia hay sobrados ejemplos de defensa del ideario martiano, porque hubo “jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a darle su sangre para que él siguiera viviendo en el alma de la patria”.
Nace esta sección para dar seguimiento a las principales actividades que las organizaciones martianas en Holguín desarrollan cada año como tributo a su memoria.
Enséñanos, Martí, a ser mejores personas; enséñanos, apóstol del amor y la vida, a querer a Cuba como tú la quisiste, porque “Los malos no triunfan sino donde los buenos son indiferentes”.
Eliel Gómez Martínez
Presidente de la Filial Provincial de la Sociedad Cultural José Martí.
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