El Departamento de Comunicación Institucional, por la importancia del tema, reproduce el reportaje publicado el pasado sábado en el periódico ¡ahora!, titulado Viaje al centro de la Feria:
Hace más de un lustro los holguineros acuden cada domingo a alguna de las tres áreas donde tiene lugar la feria agropecuaria del municipio cabecera en busca de aquellas ofertas a las que generalmente no se puede acceder los días de semana en mercados y placitas.
Esta solución genera las más disímiles opiniones y experiencias de la población, que cuestiona la violación de precios y concurrencia de terceros que inflan el valor de todos los renglones, sin contar otras muchas indisciplinas que ocurren detrás bambalinas.
Con la observación realizada en varios escenarios por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, sobre lo que representa el comportamiento del valor de los productos agropecuarios, la especulación, el acaparamiento de estos y su exigencia de que “no podemos quedarnos con los brazos cruzados ante la irritación de los ciudadanos, por el manejo inescrupuloso de los precios, por parte de intermediarios, que solo piensan en ganar cada vez más”, tres equipos del periódico ¡ahora! salieron el pasado sábado y domingo a la caza de esos problemas, muchos de los cuales están a la vista de todos.
Aunque algunos no lo sepan, para las ferias agroalimentarias de “Los Chinos”, en el Consejo Popular Lenin, la del reparto Pedro Díaz Coello y la plaza Los Lirios, en “Alcides Pino”, existe un reglamento elaborado por el Consejo de la Administración Municipal de Holguín, por el cual tienen que regirse los 11 organismos convocados a participar en esta actividad, entre los que con mayor nivel de responsabilidad se encuentran la Delegación Provincial y Municipal del Ministerio de la Agricultura, Acopio, Comercio, Dirección de Inspección y Supervisión (DIS), Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y Tránsito.
De acuerdo con este documento, “los cuadros designados por la Delegación de la Agricultura serán los jefes de las áreas de feria que trabajarán de conjunto con los designados por las demás entidades”.
El citado Reglamento del CAM recoge, también, que para asistir a estas citas dominicales “los concurrentes serán avalados por cada cooperativa o por la Empresa a la cual pertenezcan, permitiéndose la afluencia de las direcciones de las juntas directivas, campesinos propietarios de tierra y usufructuarios que deseen vender los excedentes de sus producciones luego de cumplir con la contratación. Siempre deben portar el carné de asociados a la forma productiva y la certificación de cumplimiento de la contratación”.
Sin embargo, en la práctica esto no se aplica en su totalidad; como pudo constatar este equipo de ¡ahora! durante su observación participante el pasado fin de semana por las tres sedes de referencia donde se concentra la mayor parte de la población de la cabecera municipal.
Ramón Cruz, jefe del departamento de Comercialización de la Delegación Provincial de la Agricultura, destacó: “Nuestro organismo como sistema trata de conocer quiénes concurren a la feria, para evaluar si han saldado el contrato de compraventa (la totalidad de las producciones menos el autoconsumo). Lo correcto es que nadie concurra sin cumplir su contrato”.
Pero, ¿quién controla este importante detalle en cada cita dominical? En realidad el personal que toma la declaración jurada a cada concurrente son trabajadores de Comercio, que nada tienen que ver con quintales de productos agrícolas y que desde una oficina alejada del área de compra-ventas solo se limitan a escribir en los modelos correspondientes lo que quieran decirles los participantes, porque “para el trabajo de certificación y enfrentamiento están los de la DIS”, como arguyeron algunos de ellos al ser entrevistados.
Made in “Los Chinos”
La feria de “Los Chinos”, como se le conoce, pero que se extiende por toda la Calle Octava hasta la plazoleta del mercado del distrito Lenin, es la más extensa y compleja de las tres, según Edgar Sánchez Rodríguez, director de la DIS en el municipio cabecera, por su ubicación, amplitud y concurrir allí la mayoría de los carretilleros de la zona (en Holguín suman 498), además de diferentes formas productivas de varios municipios y de otras provincias, como Sancti Spíritus, Granma y Ciego de Ávila; así como cualquier organismo, empresa, cuentapropista o personas autorizadas, que quieran comercializar determinados renglones.
A Sánchez le asiste toda la razón. Desde el mediodía del sábado los que alquilan mesas y pesas y no pocos de los carretilleros y camiones con mercancías comienzan a ubicarse en sus puestos, a descargar de todo y, por supuesto, a vender por la libre, a pesar que desde las 10:00 am ya una pareja de inspectores de la DIS es emplazada en la zona hasta las 11:00 pm, pero que muy poco puede hacer, porque mientras enfrenta alguna contravención en Calle Octava, en los alrededores del mercado se realizan decenas y decenas de infracciones. Y después de las 11:00 pm nadie fiscaliza y es cuando se forma el caos difícil de controlar el día fijado para la actividad comercializadora.
La muestra fehaciente fue lo sucedido el domingo 24 durante la actuación de la DIS de conjunto con la PNR, el Minint y los vicepresidentes del CAM para la Agricultura y el Consumo y los Servicios.
Ante el control de ese equipo de trabajo, mesa a mesa, de la correspondencia entre la mercancía declarada y la realmente traída por los concurrentes, la no declaración antes de empezar la venta, las alteraciones de los precios y renglones expuestos sin su respectivo valor, los vendedores fueron protagonistas de escenas que bien pueden optar por un premio Oscar a mejor actuación y guión por su reacción shakesperiana al cogerlos infraganti.
A más de uno le dio un “soponcio”, otros lloraron, requirieron de alguna tabletica de la familia de los PRIL, algunos se escondieron y hubo hasta quienes rápidamente recogieron todas sus pertenencias y salieron en desbandadas a fin de evitar una multa, el decomiso de la mercancía o la compra forzosa de esta; no obstante, se aplicaron 71 multas por el monto de 6 mil 675 pesos, principalmente por precio no visible, afectación al consumidor, subdeclaraciones e incumplimiento de las normas de higiene, entre otras violaciones.
En zonas aledañas fueron encontrados ocultos quintales de viandas, ristras de ajo y cebolla; decenas de mazos de cebollines y sacos de pepino. También varios camiones sin autorización como es el caso de uno procedente de la EMPA de Gibara; que transportaba producciones de una minindustria particular, sin ninguna justificación o documento de la empresa estatal que respaldara esa actividad, constatado por la DIS, PNR y periodistas de este semanario.
Para los inspectores fue harto difícil descifrar lo que las tres trabajadoras de Comercio escribieron en los modelos de las declaraciones, pues estaban totalmente ilegibles; así como resultó muy complicado el traslado y custodia de las mercancías abandonadas por ilegales y las compras forzosas hacia una unidad estatal por la ausencia de los organismos competentes y carecer de transporte adecuado. Solo el mercado Los Chinos fue receptor de lo incautado y a duras penas, porque solo dispuso de una carretilla para esa labor, insuficiente por completo.
Para muestra un botón
La feria agropecuaria del reparto Pedro Díaz Coello es quizás la mejor organizada de las que se realizan en la ciudad, a juzgar por testimonios de asiduos y la experiencia del equipo de reporteros. A pesar de funcionar en un área abierta, allí no se permite la entrada de vehículos y las mesas y quioscos se disponen de manera que no obstruyan el movimiento de las personas.
Los concurrentes antes de marcharse recogen los restos de los productos comercializados para dejar limpio el sitio. Todo esto es posible gracias al trabajo mancomunado y persistente del capitán Ricardo Patterson Velázquez, jefe de sector del área, así como de Alcides Martínez Rodríguez, al frente del equipo de inspectores de la DIS, atentos a cualquier irregularidad que pretenda subvertir el orden en el lugar.
Ni el agente ni el inspector necesitaron de documentación alguna para nombrar el origen de cada concurrente, por cierto asiduos en su mayoría: campesinos independientes, de CPA y CCS de Velasco, “Floro Pérez”, “Calixto García”, Banes, Báguano, San Germán y “Rafael Freyre”.
Alrededor de las 11 de la mañana del domingo la mayoría de los concurrentes había rebajado entre uno y dos pesos el valor de los productos. Hubo tomates para ensalada a tres y cuatro pesos la libra, pepino a dos, boniato y yuca con similar valor.
A través del diálogo con Amaury Peña, representante de la CCS Mario Martínez Arará, de Punto Fijo en “Rafael Freyre”, quisimos conocer por qué en otras ferias los precios son un azote para el cliente, él solo manifestó: “Ajustarnos a los precios establecidos no afecta los ingresos de la cooperativa”.
Durante el trayecto hacia el reparto Pedro Díaz Coello observamos que carretilleros y dueños de puntos de venta desaparecieron tablillas informativas, mientras otros las mantienen en blanco o borrados los importes de la carne de cerdo. En ambos casos se contraviene lo establecido en la ley de protección al consumidor.
Feria pequeña en reparto populoso
Entre la algarabía y bullicio propio de un ambiente de feria, nos adentramos en el reparto Alcides Pino. Ante nuestros ojos, gran variedad de vegetales, hortalizas, frutas y viandas; pero, eso sí, ausencia total de productos cárnicos. Todo transcurría con aparente tranquilidad, y los agentes del MININT se encargaban de velar por la organización de la cola para el sirope. A lo lejos, pudimos escuchar a un policía: “Hoy es un día para conocernos. A partir de ahora voy a saber quién es el que compra para revender”.
Sebastián, jubilado, enfatiza que “los precios no se regulan con decretos. El precio de productos vitales para la vida, se regula en el proceso de oferta y demanda. ¿Y tiene el Estado ofertas? Si el Estado lo oferta, los precios bajan. Mira la placita ahí, solo hay cuatro gatos, y mire la cantidad de gente que hay para allá”. Ciertamente, en la placita ubicada en el mismo recinto, acudían menos personas, debido a la poca variedad de productos: yuca, chopo, pepino, frijol negro y condimentos.
En “Alcides Pino”, los concurrentes son campesinos. Al indagar sobre la acogida que ha tenido entre ellos el listado de precios topados aprobado, Radiel Rojas, perteneciente a la CCS René Ibarra, de Sao Arriba, afirma: “Nosotros producimos y vendemos directamente. Estamos de acuerdo con los precios. Sí, hay que pagar a obreros y otras cosas, pero esos importes no nos afectan”.
Yanelis Ortiz, inspectora de la DIS, comparte sus valoraciones: “Las principales violaciones que detectamos son los precios no visibles y concurrentes que no declaran o subdeclaran. También, hay problemas con las pesas, muchas no están certificadas ni aptas para el uso”.
Sobre el proceso de declaración jurada, conversamos con Raciel Garrido, declarador de impuestos por Comercio. “Los vendedores llegan con sus mercancías, me entregan la declaración, y les cobro el efectivo que les corresponde pagar como impuesto”, comenta.
También afirma que “tiene que existir correspondencia entre los precios que se declaran y los que se aplican en la Feria. Si no existe, para eso está el cuerpo de inspectores de la DIS”.
Reevaluando la feria
Lo más conveniente sería que se lograra una contratación real de las producciones, así como la recogida y pago a tiempo de las mismas a los campesinos, lo cual contribuiría a abastecer los mercados y placitas, pues la cantidad de renglones agrícolas y concurrentes vistos en las ferias demuestran que en nuestros campos y patios sí hay viandas y hortalizas.
La empresa de Acopio debe fortalecer su sistema de gestión, de forma tal que al captar la mayor parte de las producciones y comercializarlas, se pueda controlar los precios y reemplazar a los especuladores.
A aquellos carretilleros y otros concurrentes con multas reiteradas debe prohibírseles su entrada a estos espacios y retirarle su patente de trabajador por cuenta propia, como medida ejemplarizante y tal como lo dictan las leyes, resoluciones y decretos de este país.
De acuerdo con el Reglamento vigente el jefe de cada área es un directivo de la Agricultura, por lo que todo el peso no debe recaer en la DIS o en la PNR, esos órganos son unos más de los que deben velar por el cumplimiento de lo establecido.
En el caso específico del área de Los Chinos urge una evaluación exhaustiva y a punta de lápiz de su funcionamiento, desde su ubicación, sistema para realizar Declaración y la falta de un baño, hasta todas las ilegalidades que hay alrededor de ella, que no son pocas.
Hoy la obtención de alimentos es una de las mayores insatisfacciones de la población y de su eficacia depende garantizarle al holguinero el plato que se pone en la mesa todos los días.
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