Por Departamento de Comunicación Institucional
El mundo enfrenta hoy una pandemia, y Cuba continúa enfrascada en los esfuerzos por contener la infección de la Covid-19. En redes sociales hemos visto imágenes desgarradoras a lo largo del mundo, pero también incontables muestras de amor y solidaridad cuando fue necesario.
Nuestra isla vive constantemente la visita de quienes llegan a conocernos, pero también de aquellos que regresan a casa. Tal es el caso del holguinero residente en Rusia Carlos Buch Reyes quien, al arribar, fue llevado junto a otros pasajeros al centro de aislamiento de la Sede Celia Sánchez Manduley, como medida de prevención ante cualquier posible contagio.
El pasado día 1ro, Carlos fue contactado vía telefónica por la vicegobernadora Yunia Pérez Hernández quien contó sus impresiones del intercambio al equipo del departamento de Comunicación. Interesados en conocer su opinión y el trabajo realizado en los centros para viajeros, horas más tarde logramos contactarlo, e improvisar esta pequeña entrevista.
Sorprendido y emotivo, Carlos detalló al equipo que los primeros momentos fueron muy incómodos, pues todos estaban aún nerviosos por el viaje y el tema de la cuarentena, y para él no era diferente, pero enseguida el ambiente se calmó cuando ellos notaron la paciencia y el buen trato de sus cuidadores.
“Al segundo día, fuimos surtidos de muchas cosas, pero sobre todas las cosas siempre recordaré las palabras de aliento del compañero Jorge, quien dirige el centro y demostró que el buen trato y el valor humano no escasean en Cuba”.
A pesar de los primeros escollos presentados (este fue el primer centro habilitado para los viajeros) el personal auxiliar preparó todas las condiciones y el personal médico cuida de los pacientes.
“Uno aplaude el sacrificio de nuestros trabajadores de la Salud, pero óigame, a las nueve de la mañana deberíamos también aplaudir a todo ese personal de limpieza, a quienes nos traen la comida, a quienes nos lavan, a quienes nos cambian las sabanas. Verdad que están todos juntos en esto”.
Carlos también contó que les controlan los signos vitales y la temperatura tres veces al día, los mantienen informados y siempre les suben la moral e incluso algunos son jocosos. Continuamente intentan hacerlos sentir como en casa, relataba Carlos.
“Por las noches las palabras de ánimo no faltan nunca, y creo que todos nos llevamos una altísima opinión de todo este proceso, y de nuestros cuidadores. Parece fácil, pero no lo es y estoy agradecido por la dedicación”.
Tanto él como los otros viajeros aislados, han recibido la agradable noticia del resultado negativo por Covid-19 de las pruebas realizadas, noticia celebrada sonoramente según cuentan. Hoy el momento del abrazo seguro a sus familias ya está más cerca.
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