La cultura laboral se identifica en el desempeño de la fuerza de trabajo y puede ser considerada como: “Desarrollo alcanzado por la sociedad en el desempeño efectivo de sus recursos laborales humanos; como expresión del nivel de socialización alcanzado” (Grave de Peralta, Ángel, 2003).
Entre las características esenciales de la nueva cultura laboral que aspiramos los cubanos se encuentran:
I.La responsabilidad ante el trabajo, la que incluye:
Responsabilidad ante los resultados del trabajo: Su cantidad y calidad; cumplimiento del plan asignado.
Responsabilidad ante las normas de disciplina laboral y técnica: asistencia, puntualidad, aprovechamiento del tiempo de trabajo, ahorro, cuidado de los medios, observar normas de protección e higiene del trabajo y otras.
Responsabilidad ambiental: oposición a la irresponsabilidad ambiental y de agresión al entorno natural y social. Rechazo al desequilibrio entre conocimiento y acciones prácticas sobre la conservación ambiental.
Responsabilidad ante las relaciones de cooperación entre trabajadores y entre puestos de trabajo. Facilitar estos nexos, evitar que sus acciones afecten a otros; trasmitir ideas, experiencias, aconsejar; estar vigilante del flujo productivo; contribuir a la toma de decisiones.
Responsabilidad ante la búsqueda de soluciones: superación constante, actitud creadora ante las dificultades, buscar y brindar aportes.
Responsabilidad ante sus deberes sindicales: afiliación, participación en la emulación, cumplimiento de las tareas sindicales, especialmente aquellas propias del control obrero.
II.Sentido del deber laboral: Rechazo al acomodamiento indebido, al facilismo; oposición al incumplimiento injustificado. Orgullo profesional que lo conduce al máximo rendimiento y cuidado de su prestigio y le hace sentirse realizado a través del resultado de su trabajo.
III.Laboriosidad: Expresión de la necesidad de trabajar por amor al trabajo, consagración, vocación, actitud, satisfacción ética y estética. Oposición a la pereza; afición por el trabajo creador. Inclinación, admiración y respeto hacia el trabajo. Sentido de pertenencia, es decir, identificación con su país, con los trabajadores, con su colectivo manifestado en la preocupación constante por el mejor cuidado de los medios de producción y de toda la propiedad social. Orgullo de pertenecer a ese colectivo. Interés por obtener los mejores resultados productivos y en la emulación. Vigilante activo.
IV.Fidelidad a los ideales de los trabajadores: lealtad a la clase obrera y demás trabajadores, incondicionalidad a los principios laborales, subordinación al interés colectivo y social. Solidaridad laboral: espíritu de cooperación y ayuda mutua, identificación con los problemas de los demás, comunicación positiva; colectivismo.
V.Modestia: En el profesional o en el trabajador menos calificado es expresión de pudor, moderación, sencillez en las relaciones interpersonales. Sentido de humildad que no humilla ni decrece al hombre sino que lo eleva. Comprensión del carácter y el sentido social de la actividad individual que se realiza por el hombre en tanto es un ser social. Oposición al envanecimiento humano que significa apropiarse del resultado social de una acción. Rechazo al culto desmedido de las virtudes humanas y, a obtener beneficios personales por resultados que obtiene el individuo como representante de un colectivo social. Enfrentamiento a cualquier intento de una persona a considerarse por encima de los demás.
VI.Justicia laboral: igualdad de deberes y derechos. Igualdad plena, sin distinción de raza, sexo, edad, nacionalidad. Derecho a superarse; igualdad de oportunidades. Identificación con los intereses sociales y colectivos; disposición consciente y sistemática a la cooperación.
VII. Potencialidad creadora y transformadora: práctica de la tenacidad, la creatividad, el ingenio, la audacia y el desvelo por la solución de problemas con el uso de la investigación y la ciencia. Desarrollo de un pensamiento científico. Búsqueda de un mayor nivel de instrucción; Oposición al empirismo, la espontaneidad, la improvisación.
En resumen la cultura laboral trasciende a toda actividad, aunque su núcleo está en lo laboral y requiere de acciones educativas de los diferentes agentes socializadores, en especial del colectivo laboral.